Monday, October 29, 2012

descanso

Quiero solo sentarme en la playa debajo de una palmera descanzar
no quiero pensar en nada ese dia solo relajarme y escuchar las olas del mar
nesecito descanzar...

Nesecito un masaje o ir a un spa nesecito vacaciones nesecito volar, nesecito cerrar mis ojos
nesecito tumbarme en el sofa a no hacer nada...

Playa Flamenco en Culebra

esto que llamo vida

Y trastornada del dia a dia en su andar por esto a la que llamo vida

y cansada del camino, de la rutina y de la sociedad putrefacta  en la que vive

Se levanta, trabaja,estudia, lo que dicta la puta sociedad y el asqueroso sistema

que la oprime y la exprime y hace mierda sus huesos.

Y otro dia mas que la desespera, el lento paso de la vida, del trabajar para vivir

y de ser parte del maldito sistema que cada vez nos individualiza y divide nuestras familias

y se viste otra vez a la escuela, al trabajo, a la rutina dia a dia viviendo como se pueda

y queriendo escapar, dia tras dia relajarse, disfrutar de la simpleza de la naturaleza y del amor.

Saturday, October 13, 2012

Amor Pulgoso


Todo comenzo como un juego, ella lo perdio y pudo mas el corazon que la razon.

En ese viaje ella le entrego su corazon y hoy no puede pensar en una vida sin el.

Y da gracias por ese amor que el le ha regalado, pues su vida era una de soledad

y el vino a llenar su mundo de ilusiones. Y hoy lo siente pegado a su alma, cuando esta con

el quisiera detener el tiempo. Ya no puede vivir sin su risa.

Sin sentir sus labios, su cara, sin su olor.

Te amo y llegaste en el momento en el que mas te nesecitaba,

me aceptaste a pesar de mis errores, te amo y me gustaria seguir este viaje junto a ti.




te amo pecozin pulgoso


Tuesday, October 9, 2012

ALMA





Ya no quedaba nada se iba quemando dentro.

Ya no existia lo que fue se quedo entre las

paredes de aquel mundo falso y sin sentido.





Y se vio a si misma perdida en su interior buscando lo que fue

para volver a soñar con lo que una vez quizo ser.

 Y fue feliz como nunca imagino,  fue libre lo que siempre soño

y amo en libertad como nunca antes.


Wednesday, April 11, 2012

No necesito demasiado para ser feliz vivo con lo minimo
soy feliz con el sol, con la lluvia,con las plantas, con el mar
con la música, con AMOR.

Jamas exijo y doy reciprocamnte lo que me sea regalado
vivo con poco y no me interesa lo que lleves en tus bolsillos
por que eso no te hace lo que eres.

Nunca nesecite demaciado soy simple
la sencillez me ilumina y me transparenta
me encantan las estrellas y mas el mar

Pero mas me gusta la libertad de sentir el viento
en mi rostro, de dormir bajo la sombra de un arbol
de reir y de llorar. AMO la libertad de ser yo
de ser quien irremediablemente soy.

AMO la libertad de AMAR






La felicidad florece en las experiencias, no en las pertenencias

A pesar de que siempre veas a Paris Hilton sonriendo, lo cierto es que la felicidad está ligada, a mediano y largo plazo, con las vivencias y no con las pertenencias.
relacion entre dinero, pertenencias, y felicidad
A pesar de que seguramente el título de este artículo será considerado por muchos como una obviedad, lo cierto es que ya en la práctica la mayoría de las personas caemos en la adoración inconsciente de los objetos —el síndrome “I shop therefore I am”, “Compro, luego, existo”, en palabras de Bárbara Kruger. Y cabe aclarar que no se trata de un masivo séquito de villanos deshumanizados, sino de un enorme porcentaje de la población que, entendiblemente, estamos expuestos a una tenaz agenda que busca fomentar a toda costa el consumo.
Nuestro mapa cultural, aquello que a fin de cuentas llamamos realidad, está formado por una compleja red de asociaciones que vamos tejiendo a lo largo de nuestras vidas. Se trata de una especie de cartografía multidimensional a partir de la cual, paradójicamente, vamos incluyendo “nuevas” unidades, las cuales ingresan a esta red atravesando el filtro que imponemos. En pocas palabras, somos prisioneros de este enramado de asociaciones que utilizamos para incluir o rechazar cualquier novedad en nuestras vidas. Y esta pincelada filosófica no es más que para describir el nivel dentro del cual el incentivo al consumo actúa: en la actualidad es difícil concebirnos, y concebir a la otredad, sin recurrir a asociaciones entre el ser y los objetos que le rodean. Este fenómeno repercute incluso en la sociología contemporánea, en las nuevas tribus, que están en muchas ocasiones definidas por las pertenencias materiales: eres Mac o eres Windows, estás más en el ánimo Nike o en el Vans, o tu personalidad tiende más hacia los Ray Ban que a los Oakley, etc.

Y ya en alguna ocasión, en un artículo titulado “El consumismo te esclaviza con la promesa de ser feliz”, reflexionamos sobre esta práctica comercial que impacta en los planos más profundos de la psique social y que, ligada a este modelo de asociación entre identidad y posesiones, nos ha convertido en lo que somos: consumidores insaciables. De hecho, para aquellos que poseen una “mayor” conciencia, el mercado ha encontrado la forma de satisfacerlos con líneas de productos sustentables o que son producidos bajo un esquema de fair trade, lo cual, como bien advierte el filósofo Slavoj Zizek, no es más que una estrategia comercial más.
Pero volviendo a este oasis escondido en la sombra al cual el consumo nos promete que algún día llegaremos, la felicidad ligada a la posesión de objetos materiales, existen estudios que han comprobado científicamente lo que muchos sabemos pero pocos practicamos: la felicidad tiene poco que ver con las pertenencias.
En enero pasado se publicó una investigación en el Journal of Personality and Social Psychology que la vez aprovecha data de ocho estudios anteriores en los que se prueba que a mediano plazo, es decir después del característico high que puede provocarnos el adquirir algo, la felicidad guarda una significativamente mayor relación con las experiencias que con las pertenencias. Curiosamente en el estudio, o al menos en el artículo que sobre el mismo se publicó en el diario Live Science, las dos variables se ligan al consumo, es decir, sugieren que gastar tu dinero con fines experienciales, desde salir de vacaciones hasta ir al cine o a un restaurante, aportarán más a tu felicidad que comprar, por ejemplo, un iPhone.
“Si estás tratando de comprar la felicidad, será mucho mejor que dirijas tu dinero hacia una isla tropical que a una nueva computadora”, nos dice Raechel Rettner, quien firma el artículo en Live Science. Pero más allá de que mi colega Rachel o los investigadores que participaron en el estudio, se hayan mantenido en el tablero de juego monetario, existe una razón fundamental para explicar por qué una experiencia es ampliamente más redituable para una sonrisa perenne que una pertenencia: la primera de ellas la juzgamos, comúnmente, en referencia a sí misma, mientras que la segunda, casi inevitablemente, la comparamos con otras cosas: aquellas que no tenemos.

Para continuar, y despegándonos del estudio y del artículo citados pero manteniendo la premisa de que la vivencia nos hace más felices que la propiedad, en terminos hegelianos podemos proceder a la síntesis de este binomio: hay miles de experiencias que no requieren de dinero. Sí, aunque muchos piensen que es casi imposible acceder a experiencias memorables sin usar unos cuantos billetes, lo cierto es que muchas de las vivencias más gratas que tenemos registradas, estoy seguro, no te han exigido un gasto monetario. De hecho, te invito a que hagas un recuento de tus memorias más preciadas y compruebes que buena parte de ellas no ocurrieron a costa de tu presupuesto.
A continuación comienzo una lista, que espero los lectores me ayuden a completar, con algunas experiencias que sin duda nos aportarán recuerdos más dulces en un par de años que el último gadget que adquirimos o el nuevo auto que deseamos:
- Observar una lluvia de estrellas (en PS tratamos de alertarlos cada vez que ocurren estos eventos).
- Comenzar y terminar un buen libro (puede ser prestado por un amigo o pedido en una biblioteca pública).
- Practicar una inédita posición sexual con tu pareja.
- Dedicar un día a romper radicalmente la rutina (incluso puedes recurrir a un disfraz para sali a caminar por las calles).
- Asistir a una persona querida en algún problema (o, aún mejor, a un desconocido).
- Rememorar los instantes más felices de tu vida.
- Levantarse a ver el amanecer (cortesía de Sombra Rosa).
- Plantar una planta y verla crecer (cortesía de Seba)
- Contagiar una sonrisa (cortesía de Sergiollo)
- Ir de acampada a la montaña (Ikix)
- Trotar en el crepúsculo (Alejandro)
En fin, espero que este artículo, así como muchas otras notas publicadas en Pijama Surf, representen al menos un puñado de granos de arena abonados a la consecución de una titánica misión: revertir la tendencia del consumismo y ayudarnos a desasociar dos conceptos que jamás debieron de haberse entretejido: identidad y pertenencia material.

Tuesday, April 10, 2012

Es la democracia sólo una ilusión?

La cultura occidental ha embanderado la democracia como máxima manifestación del humanismo y la conciencia política; pese a toda la noble ideología que la envuelve, la democracia difícilmente existe, es sobre todo una fachada debajo de la cual se perpetúa un régimen plutocrático
La cultura occidental celebra la democracia como una especie de bien universal, canto político al humanismo y bandera del progreso de la civilización. Si existe un sistema democrático en un país, se nos dice, este debe der abrazado (y protegido) por la comunidad internacional. Por los ideales de la democracia —secular espiritualidad— es válido y honroso morir: una guerra tiene sustento humano solo si está maquinada para proteger estos ilustres ideales.
Más allá de los nobles principios de la democracia que se originan en la cultura griega —patria ideológica de Occidente—, este sistema político, en la práctica, casi como el comunismo, es utópico. La historia muestra que la mayoría de las llamadas democracias son en realidad fachadas de plutocracias y oligarquías que logran ocupar el poder con relativa facilidad justamente porque son capaces de promover la idea de la democracia. De los griegos también obtenemos el arte de la retórica y de la demagogia, que actualmente se transforman en la propaganda y el marketing y los cuales, aunados al poder de sugestión de los medios de comunicación, constituyen la parafernalia con la cual se construye la ilusión de que vivimos en una democracia.
Escribiendo para Al-Jazeera el profesor de Yale, John Stoehr, se pregunta si la democracia es solo una ilusión. Stoehr recupera la teoría marxista para explicar el capitalismo en tiempo del libre mercado y del llamado 1% contra el que se manifiesta el movimiento de Occupy Wall Street. Y es que si el modelo antiguo de la democracia proviene de los brillantes filósofos y políticos griegos, en la actualidad la democracia que vivimos parte del capitalismo y de sus difusos promotores —que disuelven fronteras entre academia, gobierno y empresas. Por supuesto este modelo tiene su punta de lanza global en Estados Unidos, el país que ha mezcaldo indisolublemente el american dream y el star system con la democracia —y por lo tanto ha mezclado un sistema económico basado en el libre mercado (y en el consumo) con un sistema político que supuestamente permite la autodeliberación de la mayoría. Es un cliché, pero la manifestacion de esta democracia se da, sobre todo, como la posibilidad de elegir qué producto comprar o qué programa de TV sintonizar.
Marx y Engels hicieron una observación básica: en cualquier periodo de la historia las ideas que las personas consideran generalmente como las mejores y las importantes son usualmente las ideas de las personas en el poder: las ideas dominantes de cada época son las ideas de la clase dominante. Esto es así fundamentalmente porque la clase dominante cuenta con los medios para promover sus ideas —medios a través de los cuales pueden promover estas ideas y estilo de vida sin que parezca que están promoviendo sus propias ideas y sacando ventaja de lo mismo (estos medios son los medios de comunicación masiva y también la misma clase política que, aceitada por el cabildeo, sirve para promover las ideas de la clase dominante con la que en ocasiones se interpenetra).
En Estados Unidos el neoliberalismo —responsable, en palabras del mismo Alan Greenspan, de la crisis inmobiliaria— ha evitado ser discutido a fondo como sistema económico justamente porque supone que todos los ciudadanos son libres de conseguir su sueño y que cualquiera puede alzarse y obtener la riqueza prometida. Esto evita que se debata seriamente la redistribución de la riqueza. Se cree en teoría que, puesto que se vive en la democracia, las reglas (y las posibilidades) son iguales para todos.
Uno de los ejemplos más notorios con los que se sesga la democracia hacia la plutocracia en Estados Unidos es a través de los Comités de Acción Política (PACs por sus siglas en inglés). Bajo decisión de la Suprema Corte de Justicia estos comités no están sujetos a las leyes financieras de campaña. Los PACs no representan formalmente a ningún candidato y por lo tanto tienen la libertad de expresar su visión política —y su dinero— de la misma forma que se protege en la Constitución la libre expresión.
En teoría esta es una norma que favorece la igualdad. Un ciudadano puede gastar su dienro para promover o atacar cualquier asunto político que desee. Pero, como apunta John Stoehr, Estados Unidos no es una sociedad igualitaria.
Un buen ejemplo de esto es la elección del candidato republicano a la presidencia. Los PACs pueden recaudar cantidades ilimitadas de dinero siempre y cuando no apoyen o se opongan explícitamente a un candidato. Pero según el Center for Responsive Politics, solo en el 2012 han recaudado 130 millones de dólares y gastado más de 75 millones de dólares en publicidad. De este total el 25% proviene de solo 5 personas.
El candidato republicano que se perfila a representar a su partido en la elección presidencial, Mitt Romney, en los últimos dos meeses ha contado con 37 millones de dólares que el comité de acción política Restore the Future ha gastado para apoyar su campaña. Aunque este dinero supuestamente no es un apoyo directo a la candidatura de Romney, es evidente no solo que este dinero se está empleando para favorecerlo, sino que es la clave de su ventaja, especialmente porque Romney no conecta con las bases duras del Partido.
Si bien en otros países existen leyes que supuestamente garantizan el proceso democrático, también es cierto que la mayoría de ellos —si no en todos— existen mecanismos para que el poder económico influya en una elección y pueda colocar a un candidato. En México, por ejemplo, tenemos el caso de una televisora propulsando a un candidato, casi como si fuera su agencia de comunicación personal, desde años antes de que este iniciara el proceso para obtener la candidatura de su partido. Esta ventaja es difícil de librar —incluso si por otro lado se cuenta con el aparato del Estado impulsando a su propio candidato. Hay veces que los recursos de la iniciativa privada son mayores que los del gobierno y en todo caso se da una pelea entre dos facciones que son representativas de la mayoría.
Para concluir queremos hacer referencia a un estudio realizado por el investigador Iain Couzin de la Universidad de Princeton. Aplicando conocimientos de sistemas biológicos a la política, la investigación de Couzin concluyó que para que una democracia se mantenga al interior de una sociedad debe existir un número limitado pero suficiente de personas que sepan todo sobre ciertos temas y que, en consecuencia, actúen como líderes para el resto, mayoría esta que se desintegra cuando surgen numerosos puntos de vista que tiran hacia diferentes direcciones. De ahí que Couzin hable de una especie de “punto medio de la ignorancia”, un sector imprescindible de personas que impidan el derrumbe del sistema en una anarquía caótica de minorías o en la imposición de una de estas para todas las demás.
El trabajo de Couzin postula la existencia necesaria de una élite informada o una élite intelectual que lidere a las “masas ignorantes” e impida la desintegración del sistema. El problema de que la democracia solo sea sustentable con la existencia de una élite es que supone que esta élite tendrá una cualidad ética suficiente para no exigir o simplemente arrebatar —como un dulce a un niño— una mayor cantidad de poder y recursos. Una clase política similar a los filósofos que propone Platón para su utopía. Lo que sucede generalmente es que esta élite descubre que tiene conocimientos o recursos para manipular a la mayoría que no cuenta con la misma información o los mismos medios para promover sus propias ideas. Y generalmente la mejor forma de orquestar esta manipulación y mantener el poder que detentan es difundir la idea de que todos pueden acceder a ese poder —ellos están ahí solamente temporalmente, en virtud de la voluntad del pueblo y la libertad que brinda la democracia. Esta es la democracia que vivimos: la realidad se convierte en simulacro.
Para terminar algunas frase célebres sobre la democracia, que tanto nos entusiasma pero que tan pocos resultados entrega:
“Democracia es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística”, Jorge Luis Borges.
“Si votar cambiara algo, lo harían ilegal”, Emma Goldman.
“La diferencia entre una democracia y una dictadura es que en una democracia votas primero y luego recibes ordenes, en un dictadura no tienes que gastar tu tiempo votando”, Charles Bukowski.
“Que no vengan a alabarnos el mérito de Egipto y de los tiranos tártaros! Estos aficionados antiguos no eran sino unos maletas petulantes en el supremo arte de hacer rendir al animal vertical su mayor esfuerzo en el currelo. No sabían, aquellos primitivos, llamar “señor” al esclavo, ni hacerle votar de vez en cuando, ni pagarle el jornal, ni, sobre todo, llevarlo a la guerra para liberarlo de sus pasiones”, Louis Ferdinand Celine.
“Aquellos que votan no deciden nada, aquellos que cuentan los votos deciden todo”, Joseph Stalin.
“Es inútil para las ovejas pasar una resolución a favor del vegetarianismo mientras que los lobos mantienen una opinión diferente”, William Inge.
by: http://pijamasurf.com/2012/03/es-la-democracia-solo-una-ilusion/